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Los sentidos en la innovación

Los consumidores modernos son más bien “prosumidores”, es decir, que consumen-producen-editan contenido, que es compartido sin límites de fronteras ni idiomas. No quieren productos, sino experiencias positivas, motivadoras y memorables. A veces, sociales; a veces, íntimas, pero siempre auténticas y, por supuesto, cuanto más personalizadas, mejor.

Las grandes firmas vinculan sus productos a una recompensa emocional y, con ello, alteran la percepción que el cliente tiene de ellos.

Pensemos, por ejemplo, en una marca que entiende perfectamente este concepto y “escenifica” su espacio comercial esto significa en palabras de Philip Kotler que es “el control intencional de las variables ambientales” Así, podremos recrear escenas más gratificantes si sabemos que, por ejemplo, recordamos un 30% de lo que olemos, un 15% de lo que probamos, un 5% de lo que vemos, un 2% de lo que oímos y un 1% de lo que tocamos. Veámoslo a través del caso de Audi:

¿Recuerdas el latido sordo que aparece en la publicidad televisiva?  Este sonido ejerce el efecto solo si lo escuchas con detenimiento. El latido del corazón se ha convertido en un icono acústico para la empresa, al dotar de atractivo emocional a la marca.

De este modo, emprender con un enfoque innovador es entender los problemas, contextos y necesidades de las personas a través de nuestros propios sentidos para configurar una oferta de valor que haga sentido con los de ellos. El Método Rockstar propone un entrenamiento sensorial para los emprendedores e innovadores en las primeras etapas de un proyecto, exponiendo a los Rockstar a distintas estimulaciones sensoriales, con el objetivo de empatizar y entender estos problemas desde un punto de vista holístico y por lo tanto ofrecer maravillosas experiencias a los primeros adoptantes de nuestra propuesta de valor.

Primero… respirar y saborear

Cuando trabajamos este sentido, inauguramos nuestra sesión de trabajo con un ejercicio de mindfulness, es el momento reflexivo, de introspección y que nos ayuda a todo el equipo vinculado al proyecto a desconectarnos del mundo exterior y enfocarnos al 100% con nuestra sesión, digamos que es como empezar frescos.

La segunda parte de la sesión es tomar o comer algo que nos guste mucho y que tenga un sabor muy distintivo, por ejemplo, café, té, cerveza, whiskey, cacahuates, dulces, o alguna fruta, obviamente todo con su debida medida.

Como resultado, obtenemos un entorno relajado, donde las ideas fluyen y los prejuicios son dejados de lado y estamos listos para soltar la mente, ponernos creativos y colaborar en el proyecto.

Ahora…aprende a observar

“Amor a primera vista” es una expresión muy popular que revela el efecto que la visión ejerce en los humanos. En ámbitos como el proceso de ideación existe un consenso generalizado sobre la importancia del sentido de la vista, que es probablemente el más explotado en las estrategias comerciales que se desarrollan más adelante.

Esta parte de la sesión la llevamos a cabo con el objetivo de encontrar inspiración, lo cual ponemos llevar a cabo parte de la sesión en museos, galerías de arte, cine, en visitas guiadas a fábricas o empresas, ¡o por qué no en un concierto de Rock!; El chiste es que los emprendedores/innovadores vean el mundo desde una perspectiva distinta a la que tienen en el momento de iniciar el proyecto.

En muchas ocasiones nos topamos con el grave problema de que los Rockstars con los que trabajamos están tan sesgados con su idea de producto que pierden toda capacidad de entender el contexto en el que se desenvuelven, lo que llamamos “ceguera de taller”, el primer enemigo de la innovación.  

Por último… escucha y siente

La recta final de esta sesión, tiene como objetivo estimular el sentido del oído y del tacto de forma que los Rockstar con los que participamos tengan afilados los sentidos para uno de los ejercicios finales de la jornada.

Regularmente para esta sesión, sometemos a los Rockstar a estimulación auditiva a través de música en 8D, que es música de alta fidelidad que casi casi puede verse dentro de tu cabeza, literalmente.

El sentido del tacto lo estimulamos a través de 3 objetos a elegir, que pueden ser telas, juguetes o plastilina, el reto es que mientras se lleven a cabo lluvias de ideas, los participantes siempre tengan algo en las manos con lo que puedan estar “jugando” mientras imaginan y co-creamos soluciones.

Por supuesto, el objetivo de la sesión y las técnicas usadas es recordarles a los participantes lo importante que es que se mantengan atentos a sus sentidos y los de las otras personas. El cerebro de los seres humanos es un sistema que capta, analiza e interpreta información mediante los estímulos sensoriales de nuestro entorno inmediato, así que por qué no despertarlos y mantenerlos afinados siempre.

Hasta ahora quizá esto suene un poco descabellado, pero créanme que todo esto tiene un sentido. Para “El Método Rockstar”, lo más importante es crear productos, servicios, canales, proceso y organizaciones de impacto y que la gente realmente quiera, para ello debemos estar muy atentos a nuestro entorno, ser sensibles a los estímulos y procesarlos y resumirlos de una forma tal que nos permita centrarnos en los usuarios al 100%.

Por lo que la herramienta que usamos una vez que llevamos a cabo todas estas dinámicas es el mapa de empatía. Documento que nos permite resumir en una matriz, lo que un primer adoptante podría en verdad estar deseando y que se divide en 6 cuadrantes, el primero ¿Que ve?, el segundo ¿Qué dice y hace? El tercero ¿Qué oye?  El cuarto ¿Qué piensa y siente? Y el quinto y sexto traducen cuáles son sus esfuerzos, miedos u obstáculos y miedos, deseos y necesidades.

Recuerda que la innovación es el sistema mediante el cual generamos y captamos una forma nueva de valor que los clientes en el mercado realmente aprecian. Así que no solo basta con intentar meternos en la cabeza de nuestro cliente, debemos ser conscientes de los cambios en los hábitos de consumo y las tendencias y estar planamente entrenados para identificarlas y transformarlas en oportunidades reales de negocio y hacerlo de forma continua y escalable. He ahí una de las claves de la innovación.

Nos vemos en la cima.  

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